El masaje con piedras calientes combina el masaje tradicional con unas piedras volcánicas que se encuentran a diferentes temperaturas para ayudar a que fluya la energía vital y aliviar a nivel tanto físico como emocional.

Consiste en colocar las piedras en determinadas partes del cuerpo que son puntos energéticos, como la columna vertebral, el abdomen, la frente… Según algunas disciplinas orientales, cuando padecemos una enfermedad o malestar, es porque la energía no circula correctamente y esto puede generar bloqueos en los diferentes chakras que tenemos en el cuerpo y ayuda a que esta fluya adecuadamente generando un bienestar instantáneo.

A pesar de ser un masaje relajante, también se utiliza a nivel descontracturante mediante la presión generada con las piedras, el calor que ellas desprenden ayudan a que se dilaten los vasos sanguíneos y linfáticos, que se estimule la circulación, elimina adherencias, relaja la musculatura y genera un alivio inmediato.

Las piedras utilizadas rondan entre los 8 °C y 50 °C, combinando ambas, genera una vasodilatación y vasoconstricción que ayudan a eliminar toxinas, alivia dolores menstruales y de espalda, reduce el estrés, relaja y ayuda a conciliar el sueño al eliminar la hiperactividad mental.

Un buen masaje con piedras calientes volcánicas es una de las mejores formas de tomar un descanso, siendo visto por muchas personas, no como un lujo sino como una necesidad para mantener un estilo de vida saludable. Una eficaz y placentera forma de manejar el estrés.

A pesar de tener múltiples beneficios, no está indicado para toda la gente. Las personas que tengan venas varicosas, presión alta, arritmia, osteoporosis, esclerosis múltiple o epilepsia no deben someterse a esta terapia, así como personas que tengan heridas abiertas en las zonas a tratar.